Crítica: Arson Tides – Child of the Tide (2019)


La noche era apacible. Corría una agradable brisa que hacía rememorar tiempos pasados a la aparentemente joven muchacha. Después de caminar durante un rato, decidió ir al acantilado. Se sentó allí y miró hacia el mar. Cerró los ojos durante un momento, dejando que los sonidos y aromas que la rodeaban la envolviesen. Imágenes tan antiguas como el propio planeta que la había adoptado volvieron a su mente. De repente, parecía haber vuelto a aquel instante en el que su nave se estrelló en lo más profundo del océano. Desde entonces, ha aprovechado su habilidad para cambiar de forma para sobrevivir. A pesar del tiempo transcurrido, seguía echando de menos su mundo. Sabía que mantener la llama de la esperanza viva era absurdo. Nadie iba a venir a rescatarla. Mientras que los humanos deseaban la inmortalidad, ella la maldecía. Estaría atrapada allí por toda la eternidad, siendo testigo de cómo todo lo que llegaba a amar acababa muriendo sin que pudiera hacer nada para evitarlo.
Bienvenidos al universo de Arson Tides.

El novedoso combo de Prog Metalcore Arson Tides, publicó el 1 de marzo de 2019 su E.P debut «Child of The Tide».

Su formación es: Orlando Soage (voz), Adrián Neira (guitarra), Jorge Rodríguez (guitarra), Jose González (bajo), Adrián Almeida (batería).

Reconozco que conforme transcurría el primer corte titulado ‘Shore Light’ pensé, «otra vez estamos con los -para mí- molestos break vocales. Además ¿dónde está el enrevesamiento musical?» La cosa no me pintaba nada bien. Sin embargo, y a partir del segundo corte, los de Vigo me cierran la boca a base de bien. Las composiciones se tornan intensas y sesudas, demostrando con creces que se puede innovar, o incluir elementos completamente ajenos al género que ejecutan sin comprometer en ningún momento la potencia. Me quito el sombrero ante estos tíos vaya. Por otro lado, la producción está a la altura de las circunstancias, siendo ésta completamente devastadora y nítida. Gran punto a favor con el tratamiento de la caja, ya que no suena ni genérica ni artificial. Respecto al artwork, es evocador.

Variables y poderosos son los guitarrazos que Adrián y Jorge nos regalan. Sus riffs son fluidos, marcados, dramáticos, a doble armonía y técnicos.

Pinceladas muy puntuales de clean vocals conviven con los predominantes growls. Ojalá que para próximos trabajos decidan deshacerse de las voces limpias.

Respecto a la percusión, los cambios de recorrido son la tónica habitual. El señor Almeida os reventará debido a sus cambios rasantes de velocidad.

Personalmente, destacaría ‘Sound of The Sea’ por su increíble elaboración y cambalaches de camino. De verdad, ¡qué maravilla!   Asimismo, no podía dejarme atrás a ‘Bull Murderer’. ¿Por qué?, pues porque incluyen una sección aflamencada con palmas y guitarras acústicas que os dejarán completamente locos. Lo mejor es que salen de ahí sin despeinarse, volviendo al pulso natural de la canción como si nada.

Buen inicio de carrera sí señor.

Nota: 8
Autor: Chus

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