Crítica: Omegavortex – Promo 2018 (2018)


Mientras fumaba su último cigarrillo, John pensaba que no recordaba una noche más fría que aquella. A pesar de llevar calcetines gruesos y botas de montaña le dolían los pies del mismo helor. La espera se le estaba haciendo eterna, aunque la culpa era suya. En ocasiones así, odiaba tener la costumbre de llegar a los lugares antes de lo acordado. A lo lejos, vio una figura alta. En su mano derecha tenía lo que parecía una bolsa de viaje.  Sin duda, y a pesar de la distancia, supo que era el tipo que esperaba. Por fin parecía que iba a poder acabar el trabajo e irse a casa. Al estar ambos cara a cara, Johny sintió una incómoda sensación. Algo había mal en ese individuo. El lúgubre personaje le dio el macuto y desapareció en la oscura noche. Jonathan se encaminó al almacén. Al llegar, escuchó un inquietante sonido procedente de la mochila. La soltó de inmediato. Se quedó mirándola unos segundos. Fue entonces cuando comenzó a moverse lo que hubiese dentro de la talega. La abrió, descubriendo lo que a todas miras era la cabeza de un diablo. ¿En qué clase de lío se había metido? …
Bienvenidos al universo de Omegavortex.

El 13 de julio de 2018, el combo de Black Death Metal Omegavortex lanzó en M.C su primera maqueta, titulada simplemente «Promo 2018».

El line up es: R. (guitarra y voz), S. (guitarra), X. (bajo), N. (batería de sesión).

Amigos, los de Alemania no se andan con chiquitas. Al darle al play a esta cinta, os toparéis con casi 26 minutos de pura agresión y maldad sonora. Desde luego, han sabido empezar su carrera como Odín manda. Ahora tan solo nos queda esperar a que editen un Long Play en toda regla. Pero a juzgar por la susodicha Demo, me parece a mí que la masacre proseguirá sin compasión. La producción es sucia en su justa medida. Hay que ver cómo han cambiado los tiempos. Cuando yo era crío, oír algo similar era saber que iba a sonar realmente mal. A su vez, añaden un artwork tan simplista como efectivo. Ahí venga el logo de la banda en cuestión, sin nada más.

Tan devastadoras como gélidas son las notas que salen del «hacha» de S. Sus riffs son fluidos, disonantes, a doble armonía, a una cuerda y más fríos que el hielo. Cuidado con los solos. Sí, ya sé que no son nada del otro mundo, pero no me negaréis que es imposible crearlos más violentos.

Tonterías cero en los registros vocales. Shrieks a troche y moche.

La percusión tira de forma clara a la velocidad más insana. Si al igual que yo sois amantes de la celeridad, vais a quedaros satisfechos con la labor a los tambores de N.

A pesar de que podría recalcar cualquiera de los cortes, os recomiendo el inicial «Omega Spheres». Su inicio macabro da paso a un asalto tan descarnado que asusta.

Seguidores de este tipo de propuestas, ya tardáis en oír a los alemanes.

Nota: 7
Autor: Chus

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