Memorias de un No Muerto: The Human Condition – Pathways (2015)

Los dedos de los pies iban creciendo, rompiendo su carne, deformándose. Lentamente, se introdujeron a varios metros bajo tierra, transformándose en unas gruesas raíces. Sus brazos fueron cambiando de color al igual que el resto de su cuerpo canjeando la piel por madera. De los dedos fueron emergiendo ramas que se alzaron velozmente hacia el cielo. El líquido carmesí que corría por sus venas iba saliendo a borbotones. La sangre se iba espesando de forma extraña. ¡Se iba modificando en savia! Emitió un grito escalofriante. Pensó que todo aquello tenía que ser una pesadilla, mas el tormento que sentía era demasiado real. ¿Quién o qué había provocado esa transformación?, ¿quedaría algo de sí mismo, y viviría encerrado en esa nueva forma durante cientos de años? Cuando ese pensamiento se instaló en su mente supo que no tardaría demasiado en perder por competo la cordura……
Bienvenidos al universo de The Human Condition.

En 2010, el combo inglés de Doom Metal The Human Condition comenzó su andadura en este mundillo. Un año más tarde, llegó su Demo «Modern Maze». Finalmente, el 16 de diciembre de 2015, el sello Topillo Records publicó su primer L.P «Pathways». Ahora, un putrefacto No Muerto, vuelve la vista atrás para rememorar el susodicho trabajo. Acomodaos y preparaos a leer sus infectados recuerdos reconvertidos en review.

El line up es: Nathan Harrison (voz), Jonathon Gibbs (batería. También miembro de Unsilence (live), ex-The River), Kieron Tuohey (guitarra. A su vez componente de Unsilence, ex-Burial, ex-Imminent Demise), Nick Brookes (bajo), Russ Vasey (guitarra).

Abrasivo y depresivo se nos presentó el debut de los de U.K. Durante casi la hora que dura el asalto, el conjunto se dedica a destriparnos a base de unos guitarrazos tan gruesos y poderosos como dramáticos, llegando a abrazar en momentos puntuales el Funeral Doom. Probablemente, los amantes de este género no encontraran nada nuevo en la propuesta musical de estos tíos. Sin embargo, tiene el suficiente gancho como para no pasar desapercibido.

La producción es rotunda, real y nítida, ofrendando un artwork poco llamativo.

Los riffs, cargados de tristeza e ira os consumirán lenta y agónicamente. Los hallamos pesados, a doble armonía y carentes de distorsión. Asimismo, la lead guitar hace un trabajo a tener en cuenta.

Situándonos en el apartado vocal, los registros de Nathan son fúnebres y limpios. Eso sí, resulta cuanto menos curioso el leve instante de growl en la inicial «The Tempest».

Respecto a la batería, cumple sin más su cometido. Rotundidad en estado puro.

Personalmente, destacaría «The Gifts I Gave» y «My Will Has Gone» por las siguientes razones:

Con «The Gifts I Gave» os emocionaréis con su estribillo y sus seis cuerdas.

En «My Will Has Gone» sale a la luz una vena Stoner Doom inesperada. Buen final de plástico.

No cambiarán el curso de la música, pero sí que se echa un buen rato oyéndolos. Si aún no sabíais de su existencia no estaría de más que le prestaseis atención.

Nota: 6
Autor: Chus

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