Desde que los seres provenientes de otra galaxia llegaron a la Tierra todo había cambiado. Intentaron conquistar el planeta. Sin embargo, y después de décadas de guerras, conseguimos ganar, o al menos así lo pensábamos. Pero nada más lejos de la realidad. Durante su estancia, los engendros de las estrellas implantaron en un buen porcentaje de la población sus propios huevos. Al eclosionar, el huésped se transformaba en una extraña aberración, un hibrido de ambas especies. Esta nueva etnia conseguía reproducirse y llegar a estado adulto en un muy breve espacio de tiempo. Y eso es precisamente lo que ahora me está ocurriendo. Ahora, mientras que mi cabeza duele hasta extremos y expulso sangre por todos mis orificios, solo puedo pensar en mi familia. Estoy aterrado. Sé que perderé todas mis vivencias. Mi propia esencia desaparecerá para siempre, dando paso a esa cosa. Una infinidad de imágenes se implantaban en mi cerebro a gran velocidad. Eran mis nuevos recuerdos. Ahora, cuando estoy a punto de ser uno de ellos, soy consciente de que hagan lo que hagan las personas, estarán irremediablemente condenadas. Ya han perdido la contienda, solo que aún no lo saben.
Bienvenidos al universo de Vulvodynia.
El combo de Slam Brutal Death Vulvodynia reeditó en septiembre de 2016 su E.P «Finis Omnium Ignorantiam» vía Transcending Records.
La principal diferencia existente con su versión original, lanzada por Vicious Instinct Records en julio de 2015 es el número de cortes. Su relanzamiento contiene 8 tracks, mientras que su contrapartida del pasado ofrecía el doble, ya que incluía versiones instrumentales de las tonadas que conforman el embiste.
El line up que lo grabó fue: Byron Dunwoody (guitarra y programador de batería), Luke Haarhoff (guitarra y bajo), Duncan Bentley (voz).
Hermanos, se acabaron los preámbulos. Si alguien no ha escuchado a esta agrupación, o no le prestó atención en su día a la obra que hoy protagoniza las esquelas que estáis leyendo, no sabe lo que se perdió. El redondo es toda una apisonadora que va destrozando lenta y dolorosamente los cuerpos que se le ponen a su paso, dejando tras de sí un reguero de cadáveres sanguinolento. La intensidad y violencia no decaen ni tan solo un segundo a lo largo y ancho del Extended Play. Por si esto fuera poco, el hecho de incluir elementos netamente Deathcore, y ráfagas de técnica extra lo convierten en un empuje cuanto menos letal. Se nota que con este género disfruto ¿verdad?
Por otro lado, la producción está a la altura de las circunstancias, siendo poderosa y nítida, ofrendando un artwork muy de ciencia ficción que os perturbará de ipso facto.
Los riffs golpearán incesantemente vuestras cabezas hasta hacerlas trizas. los hallamos pesados, fluidos, a una cuerda, destensados, y como comentaba un poco más arriba, con un plus de enrevesamiento en su ejecución. Así da gusto.
Cuidado con la versatilidad de Duncan Bentley. Este hombre demuestra sin despeinarse una gran gama de registros vocales. Los predominantes growls unen fuerzas a guturales agudos rasgados y a latigazos de pig squeals, dotando de más brutalidad si cabe a la acometida.
Respecto a la batería, ésta hace unos cambios rasantes de velocidad muy a tener en cuenta. Para ser programadas están verdaderamente conseguida.
Amantes de las buenas bass line, cierto es que este instrumento no tiene mucha presencia en la aproximada media hora de «ruido», mas no dejéis pasar «Superluminal Wormhole Divulgation» y «Consuming Thee Illuminatus».
Personalmente destacaría «Genetically Reengineered Repugnance» por su gran estructuración y elaboración.
Amantes de lo extremo, si aún no tenéis constancia del poderío de estos tipos ¿a qué esperáis para darles una oportunidad?
Nota: 9
Autor: Chus
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