Crítica: Depravity – Evil Upheaval (2018)

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Satán levanto la cabeza y miró a su alrededor. Hacia millones de años que sus oídos dejaron de captar los gritos y plegarias de las pobres almas que allí eran enviadas. En un principio se sintió aliviado, pero con el tiempo tuvo que reconocerse a sí mismo que echaba de menos los alaridos de dolor de los humanos. Disfrutaba sobremanera con su tormento. No había nada más divertido que verlos fracasar en sus fútiles intentos de otorgarle sentido a su existencia. Era curioso, las personas tomaban por real la vida que tenían en sus dominios. Cuando llegaban allí no recordaban que una vez fueron felices e inmortales. Crearon una cultura que con el paso del tiempo iba tornándose cada vez más decadente. Cada generación que entraba allí estaba más vacía que la anterior. No tardarían mucho en auto destruirse por completo. Cuando esto sucediera, estaría un poco más cerca de conseguir la dominación de todo lo que existe.
Bienvenidos al universo de Depravity.

El combo autraliano de Death Metal Depravity, después de lanzar el E.P "Reign of the Depraved" en 2016, nos trajo el 30 de abril de 2018 su primer L.P "Evil Upheaval" vía Transcending Obscurity Records.

El line up es: Ainsley Watkins (bajo), Louis Rando (batería), Lynton Cessford (guitarra), Jarrod Curley (guitarra), Jamie Kay (voz).

Os puedo asegurar que el disco que hoy ocupa estas líneas es cuanto menos impresionante. Hacía mucho tiempo que no escuchaba un Long Play de "Metal Muerto" tan trepidante como este. Cabe resaltar que sin ser un grupo de Tech Death, el nivel técnico es más que loable, mostrando unas estructuras que en ningún momento bajan un listón que desde el primer segundo de música es considerablemente alto.

Por otro lado, la producción es básicamente perfecta, añadiendo un artwork siniestro a más no poder.

La labor de Lynton y Jarrod es espectacular. Este dúo es capaz de inventar unos riffs completamente letales. Los hallamos fluidos, pesados, a doble armonía, grandilocuentes y apocalípticos. Mención aparte merecen los solos. ¡Inhumana lead guitar!

Entrando en el apartado vocal, unos guturales agudos rasgados aparecen de forma puntual mientras que los predominantes y profundos growls nos llevan al más profundo de los avernos.

Sinceramente, es complicado que alabe el trabajo de batería de alguien. Tal vez sea porque siempre me he fijado más en las seis cuerdas. Mas esta vez no me queda otra que hacer una excepción. Louis es un baterista fuera de lo común. ¡Qué manera de tocar! Lo que predomina en los parches es la celeridad sin dejar de lado la potencia. Prestad atención a los cambios rasantes de velocidad.

Personalmente, no podría recalcar ningún track. Como he comentado unas líneas más arriba, el asalto es de auténtico órdago. Con agrupaciones como esta, la salud del mejor Metal Extremo está asegurada. Si no compráis este C.D os arrepentiréis toda la vida. Advertidos quedáis.

Nota: 10
Autor: Chus

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