Crítica: Rectal Smegma – Gnork (2016)

"BrokenTomb"


¿Cuánto tiempo pasó?, ¿horas?, ¿días? Era complicado rememorar como había llegado a ese estado. Empezó a hacer memoria y lo último que recordaba era haber ido al antro de siempre. Le encantaba aquel bar. Había strippers, rock y bebida a buen precio. Al salir de allí unos desconocidos le propinaron una brutal paliza dejándolo inconsciente. Cuando abrió los ojos miró a ambos lados. Estaba en lo que parecía ser un laboratorio. Intentó moverse, pero se dio cuenta que estaba fuertemente atado de pies y manos. De repente se encendió una cegadora luz. Un tipo con una bata blanca se le acercó. Le comentó que aquello no era personal con una sonrisa siniestra. Seguidamente le explicó que iba a hacerle. Lo anestesiaría y le extraería el 90% de su piel. Luego…. bueno, después de aquello calló en el fuerte sopor de la anestesia. Al volver en sí estaba recubierto de un líquido esmeralda viscoso y brillante dentro de una especie de capsula. Echó un vistazo a su alrededor. Ahora estaba en otra sala. Descubrió al instante que estaba repleta de personas en su misma situación. ¡Estaba atrapado y nadie podría ayudarlo!
Bienvenidos al universo de Rectal Smegma.

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Mucho ha llovido desde que en 2003 un conjunto holandés de Goregrind llamado Carnal Rancidity comenzaran su actividad. No tardaron en cambiar de nombre adoptando el seudónimo de Rectal Smegma, con el cual actualmente son conocidos. En 2005 apareció su primer L.P "Licking a Leper". Desde entonces, han editado tres splits y cuatro discos de estudio más. Su más reciente Long Play fue lanzado al mercado el 5 de mayo de 2016 vía Rotten Roll Rex. Bautizado con el nombre de "Gnork" este Larga Duración es el protagonista de esta reseña.

El line up es el siguiente: Yannic (voz), Stijn Bogers (guitarra. A su vez componente de The Eliminati, ex-Foretold, ex-Opacity of Evil, ex-Altered States, ex-Magnetron, Void of Torment, ex-Eclips), Baard (bajo. Asimismo, miembro de Throw Me in the Crater, ex-Model 101), Walter (batería).

Pues bueno, el último asalto de este grupo no podría ser más enfermizo y trepidante. Gracias a Odín todo está perfectamente compensado. Cierto es que hay más de un intro, o algún instante más desenfadado, pero en ningún momento se exceden incluyendo estos elementos. De esta manera la intensidad del disco no decae, manteniendo el interés del oyente. Que más quisieran más de una agrupación que comparte género con estos chicos hacer un plástico tan compacto y disfrutable como este.
La producción es nítida y contemporánea, pero terriblemente asesina, adjuntando un artwork bizarro y evocador.

Los riffs no podrían oler más a putrefacción. Los hallamos fluidos, pesados, a una cuerda y de carácter hardcoreta.

Respecto a lo que a voces se refiere, nos toparemos con múltiples registros. Preparaos para inhumanos growls, tanto reales como distorsionados, guturales agudos rasgados e incluso coros hímnicos en limpio.

La batería es dinámica a más no poder. Los incesantes y certeros cambios de recorrido os harán disfrutar sobremanera.

Ahora, ha llegado la siempre dura tarea de escoger cuales son lo tracks más relevantes. Y la verdad, me es casi imposible hacerlo. La solidez y su -en el buen sentido de la palabra- linealidad hace que me sea imposible elegir alguno en concreto. A pesar de lo que estáis leyendo, no penséis que estamos ante una obra maestra. Pero casi. Qué maravilla señores.
Si sois afines a esa forma de música radical debéis de haceros con una copia de esta arremetida sí o sí. Y si ya lo tenéis, no os vendría mal volverle a echar una escucha.

Nota: 8,5
Autor: CHUS

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